¿La resaca viene de la ignorancia o del vino?

Como en todo lo que tiene que ver con la vida, solo aquellos que asumen la inversión de aprender sacan provecho del conocimiento. Con el vino es igual. Por eso, si vas a empezar a descubrirlo, puedes empezar por este artículo para evitarte dolores de cabeza, literalmente…

BODEGA MATRIARCADO

Luis Felipe Muñoz

4/23/20254 min leer

Cometer errores es una capacidad que encierra la posibilidad de aprender y mejorar. Gracias a eso, la especie humana ha logrado trascender de muchas formas a lo largo de la historia, así que sientete libre de cometer tus propios errores, pero de todas formas puede ayudarte el repasar los errores más comunes de los principiantes para que así, no tengas que cometerlos.

Error 1: Desconocer sobre los sulfitos.

Podría ser que ya alguien te habló de ellos, pero uno de los errores más comunes es pensar que los sulfitos son un aditivo dañino. La realidad es que los sulfitos (dióxido de azufre) han sido utilizados desde la antigüedad como preservantes ya que ayudan a evitar la oxidación del vino y el crecimiento de bacterias. La mayoría de los vinos contiene sulfitos, tanto de forma natural (producidos por la fermentación) como añadidos.

Los sulfitos protegen el color y el brillo del vino, preservan su aroma y sabor y evitan la formación de sustancias indeseables como el acetaldehído”.(1)

Sin embargo, pueden existir personas con sensibilidad o incluso alergia a los sulfitos, por lo que un nivel bajo es más seguro. También, si la cantidad de sulfitos es excesiva, se afecta el sabor y la frescura del vino, lo que va en contra de la percepción de la calidad.

En la Unión Europea el límite permitido para vinos tintos es de 150 mg/l y para blancos y rosados de 200 mg/l. Sin embargo, vinos bien elaborados no suelen acercarse a ese máximo. En el caso de los vinos de Bodega Matriarcado, tanto Gilda (Shiraz 100%) como Virginia (blend Shiraz-Merlot-Grenache), se producen con un control riguroso en bodega que permite mantener niveles bajos de sulfitos añadidos sin comprometer la estabilidad del vino.

Error 2: Desconocer otros factores que pueden provocar resaca.

Muchos consumidores novatos atribuyen la resaca exclusivamente a los sulfitos, cuando en realidad los principales responsables suelen ser:

  • La deshidratación provocada por el alcohol “que suprime la hormona vasopresina y aumenta la micción, provocando pérdida de líquidos esenciales.”(2)

  • El exceso de histaminas y taninos, presentes en mayor concentración en algunos tintos.

  • La cantidad y rapidez del consumo.

Aunque los sulfitos pueden causar reacciones en personas sensibles (menos del 1% de la población general), para la mayoría el malestar post-vino se debe a una combinación de factores, entre ellos la falta de hidratación o el consumo de vinos de baja calidad, con prácticas enológicas que priorizan la durabilidad sobre el balance.

Optar por vinos balanceados y elaborados con buena técnica es una forma de reducir riesgos. Encontrarlos puede implicar, para quienes están empezando a desarrollar un paladar más afinado, besar algunos sapos…

Error 3: Ignorar el índice glucémico y el contenido de azúcar residual.

El índice glucémico (IG) se refiere a la velocidad con la que un alimento o bebida eleva el nivel de glucosa en la sangre. Los vinos secos tienen un bajo contenido de azúcar residual (menos de 4 g/l), lo cual los ubica dentro de la categoría de bebidas con bajo impacto glucémico, como es el caso de los tintos de Bodega Matriarcado.

En cambio, los vinos con mayor azúcar residual, como ciertos blancos o espumantes dulces, pueden tener hasta 45 g/l o más, elevando el IG y provocando picos de glucosa, algo especialmente importante para personas con diabetes, sensibilidad metabólica o que buscan controlar su energía y bienestar general.(3)

Esta información podría no estar en la etiqueta del producto, por lo que el consumidor interesado debe, gestionar esta información en línea o consultar a expertos antes de iniciar con el ensayo y el error.

Error 4: Llenar demasiado la copa.

Un error común es llenar demasiado la copa al servir el vino. Lo ideal es llenar aproximadamente un tercio para permitir que el vino respire y se mantenga a la temperatura adecuada. “Si se sirve más de la mitad, el vino se calienta rápido y se pierde la experiencia sensorial”.(4) Además, dejar espacio permite girar el vino y liberar sus aromas, potenciando la degustación.

Error 5: Servir el vino a temperaturas incorrectas.

La temperatura afecta drásticamente la percepción del vino. Un tinto servido muy caliente puede parecer pesado y perder frescura, mientras que un blanco muy frío puede perder aromas y sabores. Ajustar la temperatura según el tipo de vino es clave para disfrutarlo plenamente y esa información debe estar en la ficha del vino.

Error 6: No dejar que el vino respire.

Muchos vinos, especialmente los tintos jóvenes, necesitan oxígeno para liberar aromas y suavizar taninos. Beberlo inmediatamente después de abrir puede significar perder parte de su potencial. Decantar o airear el vino es una práctica recomendada para mejorar la experiencia.

Error 7: No prestar atención a la calidad del vino

Muchos consumidores novatos probablemente eligen vinos por precio, sin prestar atención al origen de las uvas, las prácticas enológicas ni la reputación del productor. Esto puede llevarlos a consumir vinos que no fueron bien estabilizados, que contienen más aditivos o que simplemente no ofrecen una experiencia sensorial equilibrada.

Conocer el origen de los vinos y confiar en marcas comprometidas con la calidad es clave. Bodega Matriarcado, por ejemplo, trabaja con vinos australianos de zonas de alta reputación vitivinícola como Barossa Valley, donde la Shiraz encuentra una de sus mejores expresiones. Esto se traduce en vinos potentes, equilibrados y con una estructura que permite disfrutarlos sin necesidad de ser un experto.

Ahora ya han quedado sobre la mesa los conceptos como los sulfitos, los taninos, el alcohol y el azúcar residual, cuyo conocimiento es esencial para evitar errores comunes que afectan negativamente la experiencia.

Pero al final, no se trata de una tarea o un trabajo que implique memorizar términos técnicos, sino de desarrollar una relación más consciente con lo que bebemos.

Elegir bien desde el inicio puede marcar la diferencia. Vinos como Gilda y Virginia no solo permiten disfrutar de la riqueza del vino australiano, sino que ofrecen una puerta de entrada segura para quienes desean aprender, experimentar y evitar los problemas que vienen con el desconocimiento.

Referencias clave

1 ENATE https://www.enate.es/blog/los-sulfitos-del-vino/

2 National Geographic https://www.nationalgeographicla.com/ciencia/2023/02/por-que-se-genera-la-resaca-tras-beber-alcohol

3 Larousse Cocina https://laroussecocina.mx/palabra/azucar-residual/

4 Wine.com.mx https://www.wine.com.mx/blogs/curiosidades-del-vino/5-errores-con-vino-que-son-los-mas-comunes