El mejor momento para empezar a explorar con el vino es... ¡Ahora!
El mundo del vino no pertenece a ninguna élite de iluminados, sino a todos los que estén dispuestos a abrir una botella con curiosidad y respeto.
ARTÍCULOS SOBRE VINO


Yo empecé después de los 50. No por moda, ni por presión social, sino por una casualidad afortunada que me abrió los sentidos. Desde entonces, disfruto el proceso sin ansiedad, sin pretensión, con la serenidad de saber que no hay camino correcto ni meta final. Solo hay exploración.
Uno de los grandes obstáculos para quien quiere acercarse al vino es la idea de que “hay que saber”, que se necesita un diploma invisible para poder opinar o disfrutar. Nada más alejado de la realidad. El vino es historia, sí, es técnica, sí, pero también es experimentación, intuición, gusto propio. Nadie se burla de quien no distingue entre dos cepas... ¿Por qué sentir vergüenza si no reconoces un tipo de uva?
Romper con esa mentalidad es liberador porque lamentablemente muchas personas no se acercan al vino por miedo a no “hacerlo bien”. Y lo único que hace falta es probar.
Consejos para quien quiere comenzar
No esperes saberlo todo. Ni siquiera esperes saber algo. Solo empieza. Aquí algunos consejos que me habrían servido a mí en ese primer brindis:
1. No compres por la etiqueta ni por el precio. Un vino costoso no garantiza que sea el mejor para tu gusto. Escucha recomendaciones y considera las razones a ver si te motivan a empezar a explorar sin abrumarte. Una buena idea es empezar con blends, como Virginia de Bodega Matriarcado, porque la participación de varias uvas te abre las posibilidades de “desbloquear” más sensaciones, especialmente si lo acompañas con algo de comer.
2. Marida con comida. El vino solo está bien, pero con el plato correcto se transforma. Si no sabes por dónde comenzar, prueba este tinto con carnes rojas o quesos maduros. La experiencia te hablará más que cualquier libro. Igualmente puedes explorar con gran variedad de alimentos, como vegetales, carnes blancas, de caza, fiambres y hasta postres.
3. Hazlo con compañía. Compartir una botella con alguien más, conversando, explorando juntos, disfrutando de recuerdos y creando nuevos... Eso enriquece la experiencia y te hace perder el miedo.
4. Permítete cambiar de opinión. Hoy no te gusta un vino, pero mañana puede encantarte. El paladar evoluciona. La única regla es la apertura.
5. Hazlo parte de tus momentos cotidianos. No reserves el vino solo para cenas especiales. Un día cualquiera puede convertirse en memorable con una copa bien elegida.
Más allá del prejuicio
La industria del vino arrastra un aura de esnobismo que muchas veces impide que personas comunes y curiosas se acerquen a él. Pero lo cierto es que, hoy más que nunca, hay vinos para cada persona, para cada momento, para cada presupuesto”. Lo importante es quitarle los filtros de solemnidad y devolverle su carácter más humano: el de reunirnos, abrir conversaciones, potenciar sabores y celebrar lo cotidiano.
¿Y si tu momento es hoy?
Si después de esta lectura has sentido curiosidad o si ya antes pensabas que te gustaría entender más, sentir más, disfrutar más, te lo digo desde mi experiencia: el mejor momento para empezar es ahora. Por ahí hay más de un buen vino que te espera, como me esperó a mí.